La alcaldesa de la ELA Ana Belén Jarillo acompañada de la primer teniente de alcalde María del Carmen Domínguez, han sido recibidas ayer día 27 de Mayo, por el delegado de carreteras D. Pablo Lorenzo, en Cádiz.
El motivo de la visita, una vez más, ha sido con motivo del retraso que viene padeciendo el comienzo de las obras de ampliación y mejora de las carreteras comarcales 2.101 y 2.102 en los términos municipales de Jimena, Casares y San Roque, hasta su conexión con la general 340 – autovía A-7.
Desgraciadamente, las noticias recibidas del delegado responsable de esta red de carreteras, no han sido nada alentadoras; en concreto, para la 2.102 desde San Martín del Tesorillo hasta la autovía, las obras no darán comienzo hasta mediados, como muy pronto, del próximo año 2.010.
Noticia que nos deja perplejos a propios y extraños, cuando recientemente hemos leído en la prensa regional (ABC de Sevilla) como la nueva consejera de OBRAS PÚBLICAS Y TRANSPORTES; Rosa Aguilar, viene a manifestar su empeño en:
“eliminar en 2009 todos los tramos de concentración de accidentes conocidos también como puntos negros, de las carreteras andaluzas, para lo que contempla una inversión global de unos 29 millones de euros”.
Mas adelante el mismo rotativo sigue diciendo:
«mejorar la calidad de la movilidad en las infraestructuras»,
Parece ser, que haberse cobrado hasta el momento cerca de una docena de vidas humanas, no tiene la mayor importancia.
Parece ser, que estos “senderos” no carreteras, carecen de puntos negros como ella apostilla para darle solución.
Parece ser, que para este desgobierno socialista, mediocre e ineficaz, que continúan atrincherados en los órganos rectores de la comunidad autónoma de Andalucía, las familias que han perdido a sus seres queridos por culpa de esta vía, nada les importa.
Pues aún así, estos señores siguen mintiendo a los andaluces, y más aún a los gaditanos. En particular, a los responsables municipales de este núcleo de San Martín del Tesorillo, los primeros interesados en el proyecto, a quienes para nada se tiene en cuenta en la forma y el contenido de la documentación y procedimiento a seguir.
Dicho todo esto, sólo cabe decir: basta ya de más engaños.
Martín Blanco
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